"Nuestros
corazones sanan; nuestras heridas se curan: ha llegado a nosotros el Reino de
Dios"
Jb 7,1-4.6-7:
"Mis días se consumen sin esperanza"
Sal 146,1-2.3-4.5-6:
"Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados"
1 Co 9,16-19.22-23:
"!Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!"
Lc 1,29-39: "Curó
a muchos enfermos de diversos males"
MONICIONES
ENTRADA: Hermanos: la tarea de la Iglesia es llevar el Evangelio a todas las personas,
convencidos de que es Buena Noticia, y que por tanto ayuda a todos a ser más
felices, a vivir en comunión y a ver en los demás a hermanos queridos. Por eso
ojalá que hagamos nuestra la llamada de Pablo: ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!,
sabedores de que ese anuncio es nuestra identidad y vida. Sean todos bienvenidos.
LECTURAS: Jesús ha venido a traer la vida del Padre, por eso su presencia trae la
salud, la salvación, la alegría y la vuelta al servicio, como ocurre en le
relato que ahora escuchamos; pero Jesús, cuando todo el mundo le busca
sorprendido por sus palabras, se marcha a otra parte, porque sabe que el amor
del Padre no se puede guardar para unos pocos.
ORACIÓN DE FIELES
En
este momento de la Eucaristía nos unimos para presentar al Padre nuestras
peticiones por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero, diciendo:
ESCÚCHANOS, SEÑOR
1. Por
la Iglesia, para que fiel a su ser católica esté siempre dispuesta a enviar
personas y medios a cualquier lugar, para que el Evangelio sea conocido por todos.
Oremos.
2. Por los
cristianos, para que todos, fieles a nuestro Bautismo, seamos evangelizadores
en nuestras relaciones y actividades, mostrando en nuestra vida la grandeza del
amor de Dios. Oremos.
3. Por
todas las personas que sufren por cualquier motivo, para que de verdad
encuentren a otras personas cercanas y solidarias que les proporcionen motivos
de esperanza. Oremos.
4. Por
nuestra comunidad parroquial, para que el mensaje de Jesús nos una a todos en
un mismo servicio y testimonio, y elimine las críticas, recelos y divisiones
que rompen la fraternidad. Oremos.
Oración:
Escúchanos, Señor, atiende nuestra oración y concédenos cuanto te hemos pedido
llenos de confianza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OFERTORIO: en el mundo de hoy no es muy común "dar gratis": siempre damos para que nos den, o porque nos han dado. Los cristianos debemos distinguirnos por la generosidad en nuestra entrega. Delante del altar pongamos nuestra ofrenda.
COMUNION: la fuerza de Cristo sigue irradiando y actuando en todos aquellos que lo invocan para tener fuerzas en medio de las dificultades que se presentan en esta vida; acerquémonos a recibir la comunión.
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