PARROQUIA
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
DOMINGO
9 DE SEPTIEMBRE DE 2018 – XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIONES
ENTRADA:
Hermanos, sean bienvenidos a
esta celebración de la Santa Misa. Hoy el Señor nos habla a través
de signos y milagros. Y la reacción de quienes van con el Señor es
de admiración: “hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. A
nosotros, nos debe admirar también el milagro que hace el Señor en
nuestras vidas. Abrir nuestros oídos para escuchar su Palabra y
nuestra boca para proclamarlo como nuestro Salvador.
LECTURAS:
Las lecturas tanto del
Profeta Isaías como del Evangelio, ponen de manifiesto una situación
en la que el pueblo de Dios suele caer frecuentemente: ser sordo a
sus Palabras y en consecuencia “no
proclamarla ante el mundo”. Por su parte, el Apóstol Santiago, nos
llama a ser coherentes con nuestra fe. Escuchemos
atentos.
ORACION
DE FIELES
Como
comunidad creyente, nos dirigimos con confianza al Señor,
agradeciendo el milagro que hace en nuestras vidas y rogándole que
escuche nuestras plegarias, diciendo:
ESCÚCHANOS, SEÑOR
1. Por La Iglesia y sus
Ministros, en especial por nuestro Obispo JAIME MUÑOZ PEDROZA, para
que el Señor anime y guíe como Pastor de nuestra Diócesis, oremos.
2. Por nuestros gobernantes
para que escuchen atentos a su pueblo y ejerzan con justicia su labor
en favor del progreso de sus comunidades, oremos.
3. Por las comunidades
parroquiales y todos aquellos que buscan a Dios a través de la
lectura, estudio y meditación de su Palabra, que el Señor suscite
durante este mes de la Biblia iniciativas que favorezcan esta
búsqueda, oremos.
4. Por nuestra Comunidad
parroquial para que viva con alegría la experiencia de encuentro con
Dios en los Sacramentos y en la lectura de la Palabra, oremos.
5. Por quienes sufren la
soledad y el rechazo por su condición social, física o de salud
para que, siendo coherentes con lo que creemos y profesamos, acojamos
sin prejuicio y con amor a todos, oremos.
Escucha, Señor nuestras
plegarias; queremos escuchar tu palabra y hacer tu voluntad, pero
muchas veces nos faltan fuerzas; fortalece nuestro cuerpo y corazón
cansados para que te alabemos todos los días de la vida. Que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
OFERTORIO:
Pongamos delante del Altar del
Señor nuestras vidas. Y con ella, los frutos de nuestro esfuerzo;
del trabajo honesto y que con amor realizamos día a día. Sin
olvidar que es el Señor quien nos da las fuerzas para trabajar y
también el Domingo para descansar.
COMUNION:
Habiendo escuchado su Palabra
con oídos atentos y dispuestos a dar testimonio de Cristo con
nuestras palabras y nuestro ejemplo de vida, acerquémonos a recibir
a Jesús Eucaristía: alimento que nos anima y fortalece.
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