DOMINGO
II DE PASCUA
Abril
8 de 2018
“Señor
mío y Dios mío”
LECTURAS
Hechos
de los Apóstoles 4,32-35 “Todos
pensaban y sentía lo mismo”.
1a de Juan 5,1-6 “Nos
ha hecho nacer de nuevo”
Juan 20,19-31 “A los
ocho días llegó Jesús”
MONICIONES
ENTRADA: Hermanos, el Señor
Resucitó! Y está presente en medio de nosotros para darnos vida.
Solo nos pide que creamos en Él y que cumplamos los mandamientos de
Dios que se resumen en el amor. Celebremos esta Eucaristía con
alegría, con un solo corazón y una sola alma, como la primera
comunidad cristiana.
LECTURAS: Las lecturas
tomadas del Nuevo Testamento, nos proclaman la grandeza de la
Resurrección de Cristo. Es la victoria de la fe de quienes hemos
creído en él. Jesús, en medio de los Apóstoles, les
habla
y los
llena
del Espíritu para que luego salgan a anunciarlo a otros para que
crean en el Resucitado.
ORACIÓN DE FIELES
Oremos
hermanos con la confianza de los discípulos que vieron y oyeron al
Resucitado en medio de ellos. Dirijamos a nuestro Padre Dios las
intenciones que como Iglesia nos unen en un solo sentir y digamos:
PADRE DE AMOR Y MISERICORDIA, ESCUCHANOS
1. Por la Iglesia y sus Ministros para que este tiempo Pascual sea de
verdadera renovación en su misión de anunciar el Evangelio de
Jesucristo y en su apertura al Espíritu Santo que anima y fortalece,
oremos.
2. Por los gobernantes para que administren con sabiduría los bienes
y estén siempre atentos a las necesidades de sus comunidades,
oremos.
3. Por los que sufren a causa de la indiferencia, el maltrato, la
violencia y la persecución, para que nuestro testimonio de amor y
acogida al estilo de Jesús, ayude a mitigar estos males, oremos.
4. Por nuestra comunidad Parroquial, para que la experiencia de la
Pascua de Jesús Resucitado, nos llene de alegría y nos anime a
vivir de la Palabra y la Eucaristía, Oremos.
Padre
de amor, que nos diste en Jesucristo la mayor muestra de tu amor y
misericordia, recibe nuestra oración y ayudanos a vivir la fe la
esperanza y el amor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
OFERTORIO: Un corazón, un
alma, una vida renovada por el Resucitado, es lo que presentamos en
el Altar. Pongamos nuestra vida, nuestros sueños y esperanzas en
manos de Dios para que sean acogidos como ofrenda digna para Dios.
COMUNION: La comunión nos
una cada vez más como Iglesia y nos anime a dar testimonio del amor
misericordioso de Dios que nos dio en Jesucristo la esperanza firme
de la eternidad.
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