Domingo 4° Tiempo Ordinario-B

Lecturas

Dt. 18,15-20: "Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca".

Sal. 94,1-2.6-7.8-9: "¡Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor; no endurezcáis vuestro corazón!"

1 Cor. 7,32-35: "El célibe se preocupa de los asuntos del Señor".

Mc. 1,21-28: "Enseñaba con autoridad".

MONICIONES

ENTRADA: Queridos hermanos, vamos a encontrarnos con Jesús en la Eucaristía, como cada domingo, y la Palabra nos los va a presentar enseñando en la sinagoga y dejando a todos asombrados porque el modo de enseñar de Jesús es nuevo, y lo hace con autoridad, no como los letrados. Celebremos con fe.

LECTURAS: Jesús ha llamado a la conversión porque con Él ha llegado el reino de Dios; y este anuncio lo sigue haciendo presente con su enseñanza en la sinagoga: una enseñanza distinta a la que estaban acostumbrados por parte de los letrados; una enseñanza con autoridad. Escuchemos atentos.

ORACIÓN DE FIELES

Cuando no vemos resultados, cuando nos critican por querer ayudar a alguien, cuando lo pasamos mal, necesitamos de modo especial que Dios nos ayude. Pidamos que atienda nuestra oración, diciendo:

¡AYÚDANOS, SEÑOR!

1. Para que la Iglesia sea, en medio de la sociedad, la que motive la esperanza de las gentes, ofreciendo alternativas de acogida y de respeto para los más abandonados. Oremos.

2. Para que, como cristianos, renovemos cada día el compromiso de seguir a Jesús, y de vivir abiertos a lo que Dios quiera de nosotros. Oremos.

3. Para que no nos venzan las dificultades, sino que hasta en lo negativo sepamos crecer con decisión y valentía. Oremos.

4. Para que nuestra comunidad parroquial contribuya con sus gestos de cada día a crear relaciones humanas que favorezcan la igualdad y el respeto a la diferencia. Oremos.

Ayúdanos, Señor, y concédenos lo que más nos ayude a vivir siempre como hijos tuyos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

OFERTORIO:  El Pan y el Vino, como ofrenda que representa nuestro trabajo y nuestra lucha diaria, sean también signo de nuestro compromiso cristiano de ser testimonio de Cristo para el mundo.

COMUNION: El Pan que comulgamos es el Cuerpo de Cristo. Recibámoslo con dignidad y dispuestos a dejarnos guiar por su amor y misericordia.